El Castillo de Alaquàs, principal reflejo de los últimos quinientos años de nuestra historia, es considerado como uno de los principales edificios renacentistas de arquitectura civil, de aquellos que aún se conservan en nuestra Comunidad. Especialmente valorado por la calidad de los artesonados y su pavimentación cerámica, la más antigua que se conserva “in situ” en todo el Estado español.
El Castillo-Palacio se asienta sobre un solar cuadrado de 40 metros y con una superficie de aproximadamente 1.500 m2. Presenta el típico aspecto de mansión nobiliaria de los siglos XV y XVI, y es un claro ejemplo de la arquitectura doméstica señorial que se daba en aquel momento. Dispone de una fachada monumental, con torres en los extremos y en el interior un amplio vestíbulo con un gran patio porticado.
Para la construcción del Castillo-Palacio se utilizó básicamente el ladrillo, así como sillares para reforzar las 4 torres en sus esquinas.
El monumento consta de cuatro plantas: planta baja, entresuelo, planta principal, en la que hay que destacar sus artesonados y pavimentación cerámica y por último las andanas. Coronan el Castillo cuatro torres.
El referente gótico de su estilo inicial pronto se vio matizado por numerosas intervenciones que seguían la moda renacentista que, justamente, comenzó a asentarse en la Valencia de transición entre los siglos XV y XVI.
El principal objetivo del proyecto de rehabilitación empezado el 2005 ha sido la consolidación de las estructuras del monumento.
Los artesonados han recuperado su aspecto original ya que se han eliminando todas las capas de pintura plástica añadidas a lo largo del tiempo y para reforzarlos se han colocado un forjado nuevo en la planta superior con vigas de hierro que realizan la función de refuerzo.
Para que todos los ciudadanos y ciudadanas puedan gozar de los artesonados como serían en el siglo XVI, las zonas más deterioradas se han restituido y se han aplicado toda una serie de tratamientos específicos para la restauración y protección.
Además, han visto la luz los grafitis de los siglos XVII y XVIII catalogados detalladamente con reproducciones de barcos hechos, entre otros, posiblemente por pintores que habrían formado parte de las tripulaciones de los barcos.
El patio, como verdadero pulmón del edificio, ha visto restablecidos todos los vanos que tenían en la configuración original, eliminando del conjunto los encuadramientos neogóticos añadidos a las ventanas del patio por los anteriores propietarios para no generar un falso histórico que no tenían ningún valor artístico.
La gran cantidad de pavimento cerámico aún conservado se ha restaurado y consolidado para garantizar su conservación.
El Director del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, Jaume Coll, ha catalogado un total de 275 tipologías; las más importantes las encontramos “in situ” en las diferentes salas, mientras los pocos ejemplos conservados de la galería del patio se expondrán en las torres.
La mayor parte del pavimento que se hallaba en la galería, que desapareció desgraciadamente durante los años previos a tomar el Ayuntamiento la propiedad del edificio, ha sido reemplazado por un nuevo pavimento que respeta los colores de los azulejos del Castillo del siglo XVI, típicamente renacentistas, de las diferentes salas de la planta noble.
La recuperación de la terraza superior ha propiciado un nuevo espacio, que con las cuatro salas forman el conjunto que será destinado a las nuevas instalaciones de la EPA, Centro Público de Personas Adultas Enric Valor de Alaquàs, donde podrán gozar todos sus alumnos de un espacio privilegiado e independiente para la docencia y con los últimos medios tecnológicos.
Una recuperación de gran importancia es la de la escalera principal a su sitio primitivo, adosada en el patio, como marcan los cánones renacentistas, eliminando la escalera impropia que a mediados del siglo pasado se había construido en la entrada principal del edificio y que restaba funcionalidad a las dependencias adyacentes, rompiendo el paso directo desde el patio.
Para la iluminación del Castillo se ha contado con la presencia de uno de los más importantes expertos de ámbito internacional que ha creado específicamente el ambiente adecuado para el Castillo.
El Ayuntamiento de Alaquàs ha querido hacer del Castillo un espacio de uso cultural y formativo abriendo todas aquellas zonas que no estaban en buen estado para hacer del edificio un espacio para la ciudadanía.
Se recuperan nuevos espacios que servirán como salas de exposiciones.
La planta noble, ahora Sala La Nova, es la más importante de todas las salas expositivas porque albergará las colecciones de arte más destacadas que lleguen a nuestro Castillo.
La Sala La Torre, ubicada en el entresuelo, está equipada para acoger exposiciones de diferentes contenidos.
La sala del semisótano, es decir, la Sala Vilaragut, está equipada y destinada para exposiciones, quedando configurada en tres niveles, el último de ellos es el aljibe, nuevo espacio visitable que servía antiguamente como depósito de agua.
La conocida Sala de la Xemeneia es una amplía sala convertida en un espacio polivalente, preparada para acoger conferencias, proyecciones audiovisuales y actos públicos, dotada también de las últimas tecnologías.
La Sala 28 de Febrer, que conmemora el día en que se abrió al público el Castillo, es ahora un nuevo espacio para exposiciones y actos culturales diversos.
La Sala Cremona, denominada así con motivo del hermanamiento entre Alaquàs y Cremona, se convierte en una sala privilegiada para la celebración de cualquier tipo de actas por la estructura diáfana que tiene.
Muchos espacios han visto modificadas las primitivas y desactualizadas funciones, como la biblioteca, donde estaban las antiguas caballerizas, dotada con todo un conjunto de fuentes bibliográficas de nuestra Historia Local, del renacimiento valenciano y del Castillo de Alaquàs y, además, de los diferentes estudios del Plan Director, llevados a cabo antes de la restauración.
Está orientada sobre todo a la investigación, pero también a la difusión del patrimonio bibliográfico y artístico como centro dinamizador del fondo local con una tarea claramente didáctica para los centros educativos, colectivos y asociaciones culturales locales. En ella se ofrecerán varios servicios: consulta, préstamo y obtención de documentos y servicios en línea digital.
En el entresuelo, la denominada Sala La Torre, se ha habilitado para un espacio de exposiciones y ha permitido también la creación de un espacio para ubicar la sede valenciana de la Fundación Ernest Lluch y las actividades más importantes.